En el 2013, poco después de acabar el grado en fisioterapia, comencé a trabajar en Fundación DFA, donde tuve la oportunidad de abrir el servicio de fisioterapia y rehabilitación de la Fundación en la sede de Huesca.
Comencé realizando sesiones individuales tratando personas con y sin discapacidad con diferentes patologías y alteraciones de origen físico u orgánico.
Posteriormente puse en marcha las clases grupales de espalda sana, de relajación y conciencia corporal, y de reeducación de la marcha.
Así fui especializándome en el tratamiento de patologías y alteraciones de origen neurológico, traumatológico, reumatológico y miofascial.
Y en 2017 se inauguró el gimnasio de rehabilitación.